Los denominados MOFs (Metal Organic Frameworks) son compuestos químicos constituidos por iones metálicos enlazados a ligandos espaciadores de tal forma que se genere una red porosa accesible a moléculas huésped. “Podríamos comparar esta estructura con una vivienda, los ladrillos serían los iones metálicos, que necesitan un cemento, el ligando. Estos dos bloques de construcción reaccionan entre sí, se enlazan y conforman un armazón”. La principal característica de estas estructuras, que son tridimensionales y nanométricas, es su naturaleza porosa. A través de sus huecos se pueden introducir gases, vapores orgánicos u otras moléculas. “Podríamos imaginar estos materiales como esponjas donde introducimos ciertos huéspedes por sus cavidades. La estructura química 3D actúa como soporte contenedor donde capturar las moléculas que deseamos”.

Profesora titular de la Universidad de Granada. Su investigación se centra en el estudio de redes metalorgánicas abiertas para aplicaciones industriales, medioambientales y biológicas. Es autora de más de 35 publicaciones y su trayectoria ha sido reconocida con diferentes premios. Recientemente ha sido distinguida por la Real Sociedad Española de Química como una de las mejores investigadoras noveles del país.

¿Cómo sería un universo de tan solo dos dimensiones? Existe, se llama Planilandia, y nuestro viajero lo ha visitado.

En la habitación 3327 agoniza el que ha sido su único ocupante durante los últimos diez años. Tumbado en la cama, rodeado de palomas que ha ido recogiendo de la calle, un viejo y demacrado inventor de ochenta y seis años ve pasar su vida ante sus ojos.